HISTORIA DE UN DÍA 

EL COLOR Y LA LUZ DE LAUREANO BRIZUELA

Desde este espacio les queremos contar sobre un hombre muy interesante llamado Laureano Brizuela que desde pequeño tenía pasión por la luz, el color de los paisajes y las escenas campestres.

Pero Laureano fue mucho más que un hombre común, fue un fotógrafo, un pintor, un cineasta, un dibujante. Un hombre que hizo de la luz su modo de expresión. Realizó retratos, paisajes o escenas donde la luz es la protagonista.

En su historia de vida y obra, se recrea también parte de la vida cultural de la provincia y del país.

Una de las obras principales de Laureano Brizuela está compuesta por seis óleos que narran la historia de un día. En estas pinturas, se puede observar el transcurso del día en una misma escena, ya que cada óleo retrata un momento distinto. Utilizamos estas obras como analogía de su vida para estructurar esta muestra digital, que te invitamos a explorar y disfrutar, descubriendo las luces y sombras presentes en su obra. 

amanecer

Laureano Ramón Brizuela nació en Catamarca en el año 1891, Cuando era niño, perdió a su madre y fue criado por su padre y sus tías, quienes lo introdujeron en el mundo del arte.

En esa época en Catamarca, se ofrecían clases gratuitas de música y otras disciplinas artísticas en el Círculo de Obreros de la provincia para hijos de obreros y trabajadores. Allí, Laureano y sus hermanos Electo y Francisco descubren su pasión por diferentes formas de arte. Él se enamoró de la fotografía, mientras que Electo se dedicó al teatro y Francisco a la música.

Desde pequeño, Laureano fue curioso y observador, la casa de su abuela Idelfonsa Cáceres estaba muy cerca de la plaza principal 25 de mayo, donde solía jugar. Allí, había fotógrafos que ofrecían sus servicios y, seguramente, Laureano se acercó a ellos para aprender más sobre fotografía. Con su habilidad y curiosidad, aprendió la técnica de la fotografía estenopeica y, a los once años, construyó su propia cámara y tomaba sus propias fotos. ¡Increíble!

media mañana

Laureano era muy joven cuando decidió estudiar fotografía artística en Santa Fe. Como era muy bueno en esto, tuvo la suerte de trabajar en el prestigioso estudio de fotografía del alemán Augusto Lutsch, donde aprendió mucho de Manuel Garcilaso, un alumno de Lutsch que se convirtió en su sucesor.

Mientras estuvo en Santa Fe, conoció a Ercilia Bailat Bailat, la hija de unos suizos franceses, quien se convirtió en su compañera de vida. Ercilia fue un gran sostén para Laureano, ya que siempre lo apoyó en sus proyectos y su arte. En 1911, Laureano tuvo que hacer el servicio militar en Santa Fe, y después se unió al Regimiento de Roque Saénz Peña en Chaco. Durante ese tiempo, le envió a Ercilia hermosas tarjetas postales y en 1916 finalmente se casaron en Santa Fe, con Manuel Garcilaso como testigo civil.

En ese mismo período, Laureano se unió al Partido Socialista, lo que le causó algunos problemas en una sociedad conservadora. Él mismo se definió como ateo y anticlerical, y siempre fue fiel a sus ideas socialistas. Según un cronista de la época, Laureano prefería la tranquilidad de su estudio artístico y su vida bohemia a la búsqueda del lucro.

MEDIODÍA

Laureano fue un fotógrafo reconocido a nivel nacional e internacional por su talento y originalidad en la fotografía. Ganó varios premios, incluyendo la Medalla de Plata y el Diploma de Honor en la exposición fotográfica de San Francisco en 1915 y el Gran Diploma de Honor en la Exposición Internacional de Arte de Río de Janeiro en 1922

Sus obras son diferentes a las convencionales de la época, y podrían ser exhibidas en un museo contemporáneo hoy en día. Cada foto de Laureano es única y contiene una variedad infinita de matices para que el espectador pueda descubrir algo nuevo en cada vista. Él cuida cada detalle meticulosamente, incluyendo la postura, el gesto y la mirada. Cuando fotografía la naturaleza, busca pacientemente el momento perfecto para capturar la composición natural de la luz, utilizando primeros planos y enfocando un animal mientras desenfoca a otro creando una imagen en la que hay mucho para descubrir si se mira con atención. En resumen, Laureano Brizuela es un artista de la fotografía que logra crear composiciones que celebran la vida y la naturaleza, así como otras que despiertan sentimientos de tristeza y nos hacen reflexionar sobre los días grises.

 

SIESTA

Laureano y Ercilia se mudaron a Catamarca después de tener su primera hija. Allí, Laureano profundizó su relación con un pintor muy famoso llamado Jorge Bermúdez, quien ya estaba establecido en la provincia y se había casado con una catamarqueña. Aunque Laureano sólo estuvo cerca de Bermúdez entre 1919-1924, el maestro lo apoyó mucho para que se dedicara completamente a la pintura en lugar de la fotografía artística, que era su oficio anterior. 

Aunque cambió de oficio, sus obras siempre estuvieron centradas en el paisaje, las montañas y los árboles de la región. Utilizó la técnica del impresionismo para pintar retratos y naturalezas muertas, pero su verdadera pasión era capturar cómo la luz impactaba en los cerros y paisajes. Pintaba al óleo y al aire libre, repitiendo varias veces el mismo motivo desde diferentes perspectivas.

Laureano y Bermúdez incluso tuvieron una exposición conjunta en la ciudad de Catamarca, donde se presentaron los primeros óleos de Laureano junto con sus fotografías.
Aunque ni la fotografía ni la pintura eran suficientes para mantener a su familia, Laureano era un autodidacta consagrado y se dedicó generosamente a transmitir sus conocimientos a otros. De hecho, entre 1928 y 1934, Laureano fue profesor de dibujo en varios colegios secundarios y en 1931 dictó clases de dibujo en la Escuela Profesional de Mujeres.

Finalmente, en 1934, Laureano pudo ejercer la docencia de forma más estable en establecimientos medios de la ciudad, gracias a un decreto del Poder Ejecutivo Nacional, mientras que Ercilia, se convirtió en profesora de francés. ¡Qué interesante conocer la vida y obra de este artista argentino!

tarde

Laureano Brizuela era un artista muy talentoso que participó en muchos concursos y exposiciones de arte a lo largo de su carrera. Uno de los más importantes fue el Salón Nacional de Bellas Artes, que es un evento donde los artistas pueden mostrar su trabajo y ganar reconocimiento. En su primera participación en 1926, presentó dos de sus obras: “Mañana en Choya” y “Quebracho”. A lo largo de su carrera, expuso en muchas otras exposiciones individuales y colectivas.

Finalmente, en 1938, ganó el premio Adquisición del Salón Nacional de Bellas Artes con su pintura “Día gris en Pomancillo”. Este premio es muy importante en el mundo del arte y se lo dan a artistas muy talentosos. La mayoría de los artistas que lo han ganado antes habían estudiado en academias y en los principales centros europeos. Es por lo que el talento y conocimiento de Laureano Brizuela es tan impresionante, especialmente porque aprendió todo lo que sabía de su maestro Jorge Bermúdez.

Después de ganar este premio, Laureano ya no podía participar en el concurso, pero siguió pintando y enviando sus obras a los Salones Nacionales. Algunas de sus obras más destacadas incluyen “Ciudad provinciana”, “Paisaje de Pomancillo”, “Gaucho de Pomancillo”, “El algarrobo y el oratorio”, “Paisaje de Piedra Blanca”, “Capilla de Pomancillo”, “Paisaje de Catamarca”, “Silencio en Choya” y “Tarde de otoño”.

NOCHE

Laureano Brizuela, además de ser un gran pintor, también fue un excelente gestor cultural. Desde muy joven, lideró la creación de la Comisión Provincial de Bellas Artes en Catamarca, gracias a su experiencia en los Salones Nacionales de Arte. Esto permitió la creación del Museo de Bellas Artes de Catamarca, donde Laureano fue su director ad honorem hasta su fallecimiento.

En 1937, gracias a su labor, Catamarca se unió a la Federación de Comisiones Oficiales de Bellas Artes, lo que fue un gran logro para la provincia, ya que es la única del interior en integrarla. Además, gracias al trabajo de Laureano y la Comisión Provincial de Bellas Artes, se logró cumplir un sueño muy importante para él: la organización del Salón de Catamarca en 1937, en homenaje a Jorge Bermúdez.

Laureano también colaboró en la organización del 1° Salón del Norte Argentino en 1938 y en 1941 organizó un “Salón de Arte Pictórico” en Catamarca, donde se expusieron obras de grandes artistas.

En 1950, Laureano realizó su primera muestra individual en Buenos Aires, donde recibió muy buenas críticas y fue reconocido como “el maestro del paisaje”. A lo largo de su vida como fotógrafo, artista y gestor cultural, dejó una huella imborrable en la promoción de las artes y la cultura en su ciudad natal. Su amor por la belleza natural de Catamarca sigue inspirando a muchos hasta el día de hoy.

Lamentablemente, Laureano falleció en 1951, pero su legado en la promoción de las artes y la cultura en Catamarca sigue siendo invaluable.

Obras que diferentes artistas obsequiaron a Laureano Brizuela como demostración de su amistad

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